El movimiento es uno de los aspecto característico de la cotidianidad del nuestros tiempos, relacionado con la agitación, la velocidad y lo fugaz como significado; pero en el arte, el movimiento y su antónimo, el reposo, han sido siempre grandes temas a tener en cuenta a la hora de repensar una propuesta plástica. El movimiento puede sugerirnos vida y un mayor grado de realismo; comparemos el estatismo de una escultura egipcia con un ejemplo de arte helenístico. Es la sensación de movimiento la que da sentido a los volúmenes de los cuerpos, ya sea para sugerirnos acción o rigidez, con toda la carga simbólica que ello puede representar.
En el arte renacentista y épocas posteriores, la preocupación por lograr trasmitir la idea de movimiento, se trasformó en característica de casi todos los artistas de diferentes corrientes plásticas. Con búsquedas bien diferentes, se intentará hacer sentir al espectador que está observando, o aún más, que es parte de una escena que se encuentra en pleno movimiento. El movimiento será parte viva de un relato (y su significado), sirve como soporte para hacer más creíble el tema abordado.
Cuando nos acercamos al arte contemporáneo y especialmente al rol que han desempeñado las vanguardias, veremos que movimiento ya nos es sinónimo de vida o de realismo que da sentido a un relato, sino que pasa a ser tema propio merecedor de ser investigado y resignificado. El movimiento servirá como busqueda de desarrollo plástico y de expresión formal. Obras como: “Formas singulares de continuidad en el espacio” de U. Boccioni, 1913 o “Marcel Duchamp bajando una escalera” Fotografía de estudio (1912) para “Desnudo bajando una escalera” de M. Duchamp, 1912-1916, son una fuente inagotable para analizar dichos aspectos. En propuestas como op art el movimiento parece ser el nexo del juego, donde el espectador en parte construye con su percepción lo que cree que es movimiento, cuando en realidad son representaciones estáticas y planas. Otra propuesta diferente, pero siempre con el movimiento como protagonista, es el arte cinético donde se experimenta con móviles o construcciones tridimensionales con movimiento mecánico.
Sin duda, el siglo XIX es el gran siglo del movimiento, no sólo por los avances científicos que permiten mayor desplazamiento en menor tiempo (ferrocarril, el barco a vapor, más tarde el automóvil, etc.), sino que, también, el movimiento será objeto de estudio, por ejemplo los trabajos de Eadweard Muybridge (1830-1904) que tanto han influido en la fotografía y el cine. Es el movimiento, o mejor dicho la fluidez de la acción, son temas centrales en el estudio de las propuestas audiovisuales, por eso les dejo el presente material que aborda el tema desde el punto de vista teórico y práctico en la comprensión del lenguajes cinematográfico.
Muy buen análisis de la contraposición de los dos elementos antagónicos en el arte: el movimiento y la ausencia de éste, es decir, la quietud o el hieratismo. Un cordial saludo.
ResponderBorrarGracias Paco Hidalgo, ahora estoy preparando el tema de encuadre en una obra de arte... saludos cordiales. Espero tus comentarios.
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