"Podemos definir a Uruguay como tierra de caricaturistas. Sin embargo, esta forma de expresión plástica no ocupa los lugares de preferencia que debería a juzgar por los nombres que participan de esa lista de notables dibujantes. Desde Hermenegildo Sábat (abuelo) de la revista "Caras y Caretas" de fines del siglo XIX, su nieto y homónimo Hermenegildo Sábat (Menchi), radicado hace 40 años en Buenos Aires, pasando por los actuales Rodolfo Arotxarena (Arotxa), Fermín Hontou (Ombú), Horacio Guerriero (Hogue), Francisco Graells (Pancho) dibujante en el diario francés "Le Monde", Tunda Prada (Tunda), Jorge Satut, Domingo Ferreira (Mingo), Pedro Seoane, o los emblemáticos Leonardo Galeano, Jorge Centurión (Cent), Julio E. Suárez (Jess), Hequet, por nombrar solo algunos. Pero además es justo mencionar la cantidad de artistas plásticos para quienes la caricatura ha sido en algún momento una salida laboral en la prensa o un placer no disociado de su profesión. En este último caso la lista sería interminable.
Rada según Arotxa Portada de Juceca por Carlos Palleiro
Alfonsín para Miguel Repiso (Rep)
... Los orígenes de la caricatura vienen de lejos en el tiempo. Las crónicas mencionan al italiano Annibale Carracci como el que comenzó esta tradición artística. En el siglo XVI fue inventado el concepto caricatura, que proviene de "caricare", que significa 'cargar'. Carracci se preguntó: '¿no es la tarea del caricaturista exactamente la del artista clásico?' Y respondió que 'los dos ven la verdad perenne detrás de la superficie de la mera apariencia exterior. Los dos tratan de ayuda a la naturaleza a llevar a cabo su plan. Uno puede tratar de visualizar la forma perfecta y plasmarla en su trabajo, el otro aprehende la deformidad perfecta y así revela la esencia absoluta de la personalidad. Una buena caricatura, como toda obra de arte, es más parecida a la realidad que la vida misma'...
La caricatura es una búsqueda de equilibrios, de armonía dentro de la fisonomía de un personaje, exagerando determinados rasgos, agrandándolos o haciéndolos visibles de alguna manera. Esos rasgos pueden ser de la fisonomía del caricaturizado o algo vinculado a la actividad que realiza, a una situación, a un hecho noticioso que lo involucre. El punto es que esa exageración lleva, generalmente, un vínculo cómico 'cuando no se le toma como objeto sino como simple medio por el cual el dibujante presenta a nuestros ojos las contorsiones que ve en la naturaleza', dice Henry Bergson en su ensayo 'La risa'.
Juan de Ibarbourou. Caricatura de Menchi Sábat Serrat por Tunda
Mujica y (Lula) da Silva por Ombú
Texto extraído de artículo "De la caricatura considerada como una de las bellas artes" por Jaime Clara. Revista "La Pupila", Uruguay, año 1, junio de 2008. Págs. 10 y 11.
Hola Claudia
ResponderBorrarLeí tus apreciaciones en el sitio PREGUNTAS-DE ARTE y vine a parar aquí. En mi país escuché apreciaciones como las de Augusto y por supuesto que no las compartí en ese tiempo (hace 20 añós).Coincido con vos, yo estudié artes y sigo sin comprender esa brecha que han creado algunos, despues de pasar por la pintura y el grabado finalmente me decidí por la caricatura y la ilustración como modus vivendi.
Cuando uno esta metido en esto, es cuando llega a la conclusión de que no hay diferencia, el proceso creativo es igual, el mundo de la caricatura hoy es tan genial como el de la pintura y cualquiera de las otras artes.
Gracias.
Ferrom
Ferrom: gracias por visitar este sitio, también estoy sorprendida por el Artículo y la opinión de este señor. Te mando un abrazo cordial y estamos en contacto.
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