Mujeres-Arte-Historia

Si hacemos un  repaso apresurado por la historia del arte, veremos un claro predominio masculino, lo cual no es muy distinto a lo que ha sucedido en otras áreas de la sociedad. "La sociedad patriarcal dominante en Occidente ha otorgado a las mujeres,..., un papel meramente subsidiario: reproductoras biológica y propagadoras de valores establecidos. Pocas veces han sido consideradas como creadoras".
En el arte sucede algo contradictoria y que no deja de ser una paradoja: la mujer está más que presente en las obras artísticas, hasta podríamos decir que en ciertos período y varias corrientes artísticas hay una saturación de la representación femenina, pero realizadas por hombres. Ya sea como icono de la fertilidad, de lo maternal o amoroso, como trabajadora o ama de casa, sex symbol o prostituta..., siempre es través de la mirada del "otro masculino".
Durante mucho tiempo el desarrollo de expresiones artísticas y de oficios (escultor, orfebre, joyero...) eran exclusivos para hombres, en otros períodos históricos la "Academia" sólo permitía que las mujeres desarrollaran las llamadas artes menores (gastronomía, tejido, bordado, etc.) y reservaba las Bellas Artes a los hombres.
Son muy pocos los registros, cuanto más retrocedemos en el tiempo más difícil aún es, de mujeres que lograron romper con lo antes mencionado. Si bien en los últimos años se ha dado un vuelco a esta situación, aún queda mucho camino por andar. Aprovecho esta oportunidad para mencionar dos casos de mujeres que pertenecen a diferentes tiempo históricos y diferentes lenguajes artísticos, pero son una pequeña muestra del estudio de género en al arte, como homenaje a todas las mujeres creadoras, Salud!!!
Artemisia Gentileschi (1593-1652)
Hija del famoso pintor caravaggista Orazio Gentileschi, le ha pesado en su vida como si no pudiera dejar de ser considerada mera discípula. Firmó a los 17 años su primera obra (aunque muchos dicen que fue ayudada por su padre). A los 19 años, dado que el acceso a la enseñanza de las academias profesionales de Bellas Artes era exclusivamente masculino, y por tanto le estaba prohibido, su padre le dio un preceptor privado, Agostino Tassi.
Buena parte de su biografía se ha centrado en aspectos negativos y trágicos de su vida: la violación de la que fue objeto por parte del pintor Agostino Tassi, el cual motivo un confuso proceso judicial, en el cual la víctima fue tratada como acusada (impresiona la crudeza del relato de Artemisia que ha quedado registrada en las actas y la crueladad los métodos inquisitoriales del tribunal donde predominaba la tortura).
Sabemos que Artemisia se casó luego con un pintor florentino Pierantonio Stiattesi (o Pietro Antonio Stiattesi), de quien después se separó. A estos aspectos de su vida le acompañó una fama de bohemia, típica de los caravaggistas.
Pero lo más importa aquí es destacar su verdadero profesionalismo, lo cual en la época no fue fácil de tolerar. Su mirada le agrega a los temas tradicionales algunos matices novedosos: las mujeres bíblicas que pintó resultan más convincentes que las de sus contemporáneos masculinos.
Pintó cuadros históricos y religiosos en un momento en que estos temas heroicos eran considerados inadecuados para el espíritu femenino. Retocó y modificó obras de su padre. Les añadió una atmósfera dramática, acentuando el claroscuro a la manera de Caravaggio, contribuyendo así a una mayor violencia. Mostró un manejo técnico digno de cualquier maestro del siglo XVI.
Su famoso cuadro "Susana y los viejos" de 1610 (izq.) es un ejemplo, donde aparece representado el "acoso", la insinuación ofensiva de los hombres. Recomiendo este concreto análisis, pero interesante en sus aportes de Sara Manzanares Rubio:

Otro de sus cuadro célebre es "Judith decapitando a Holofernes" de 1620 (Der.). Roberto Longhi (1890-1970) historiador del arte italiano, escribió:
"¿Quién pensaría de hecho que sobre un lienzo estudiado de candor y sombras valiosas dignas de un Vermeer una generosidad natural, pudiera acontecer una matanza tan brutal y sangrienta? [...] pero - es lógico decirlo - ¡esta es una mujer terrible! ¿Una mujer pintó todo esto?"

Artemisia participó activamente en diferentes ambientes artísticos que hoy día se están estudiando con profundidad. Fue una artista que luchó con determinación, usando el arma de su personalidad y de sus cualidades artísticas, contra los prejuicios hacia las mujeres pintoras; consiguió ingresar productivamente en el círculo de los pintores más respetados de su época, abarcando una gama de géneros pictóricos que fue probablemente más amplia y variada que las telas atribuidas a ella.


Cindy Sherman (1954)
Se ha transformado en una de las fotógrafas más respetadas del siglo XX. Aunque, la mayoría de sus fotografías son imágenes de ella, estas fotografías no son específicamente autorretratos. Más bien, Sherman se utiliza como un vehículo para hacer comentarios sobre una variedad de temas del mundo moderno: el papel de la mujer, el papel del artista, el de los medios de comunicación, etc. Es a través de estas fotografías ambiguas y eclécticas que Sherman ha desarrollado un estilo propio y ha planteado cuestiones difíciles e importantes sobre el papel social de la mujer.
Comenzó sus estudios de arte en la Escuela Universitaria Estatal de Buffalo. Pero no fue con la pintura, sino con la fotografía que sería su camino: "No había nada más que decir [a través de la pintura]... me di cuenta que podía usar una cámara y poner mi tiempo en una idea en su lugar."
Durante este tiempo, conoció al pintor Robert Longo y junto con él y Charles Clough, han formado Hallwalls, el espacio de artistas independientes ", donde ella y otros artistas exhibieron.
Para 1976, estando en Nueva York, comienza su carrera tomando fotografías de sí misma, estas llegaría a ser conocido como el Untitled Film Stills. Sherman se coloca en los papeles de actrices de cine. Sus fotografías muestran sus vestidos, con pelucas, sombreros, jugando el papel de los personajes. Si bien se pueden confundir con fotografías de autorretratos, estas fotografías sólo juegan con elementos del autorretrato, pero son algo muy diferente. Desempeña un tipo - no una persona real, sino que ha fabricado algo ficticio: no es simplemente el arquetipo de ama de casa, la prostituta, la mujer en peligro, la mujer de las lágrimas, la bailarina, la actriz, y la maleable, como el camaleón Sherman juega todos estos personajes. Esta serie le dio mucha publicidad y elogios de la crítica.
Luego de Film Stills, alrededor de 1988-1990 realiza un nuevo proyecto, utiliza de nuevo a sí misma como modelo, aunque esta vez se proyecta a sí misma en base a las pinturas arquetípicamente famosas. Esta vez utilizará prótesis para modificar su propio cuerpo y vuelve a crear parodiando a íconos de la historia del arte. Sherman ha vivido en el extranjero y durante este tiempo los museos "parecen" ser la fuente de inspiración para esta serie, pero: "Incluso cuando estaba haciendo los cuadros de historia, vivía en Roma, pero nunca fui a las iglesias ni museos. He trabajado fuera de los libros, con reproducciones". Mantiene una clara postura en confrontación con la pintura.
En 1992, se embarcó en una serie de fotografías que ahora se conoce como "Sex Pictures." Por primera vez está completamente ausente de las fotografías. En su lugar, se vuelve a utilizar muñecas y prótesis, esta vez se plantean en poses sexuales. Genitales en prótesis - tanto de hombres como mujeres - que son fotografiados en un primer plano. Fotografiado exclusivamente en color, estas fotografías están destinadas a golpear la banalidad, que desde los medios, se trata la sexualidad. Sherman sigue trabajando en estas fotografías durante algún tiempo y experimentando con el uso de las muñecas y otras sustituciones para lo que previamente había sido ella misma.
Aquí Cindy Sherman se ha autorretratado parodiando la interpretación de Botticelli (Der.) de un tema "femenino" como es Judit con la cabeza de Holofernes.

 
Textos elaborado por la docente Claudia Solís Umpiérrez tomando como referencia páginas ya citadas junto con "Historia del Arte (2)", Cap.: Arte y Género por María Antonia García Fuentes. Págs. 458-459. Ed. SM, Madrid, 2003. 
La mayoría de la imágenes son tomadas The Museum of Modern Art, New York y de artehistoria.
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