Amadeo Modigliani



"Quiero tener una vida breve, pero intensa", solía decir a sus amigos, y efectivamente, así fue: atormentado en varias ocasiones, amenazado por una enfermedad que lo afectó desde niño (lesión pulmonar producida por el tifus a los 12 años) y una vida agitada que muchos aseguran perjudicó al hombre pero no a su obra. Su vida fue tan peculiar que lo catalogaron como el "pintor maldito" , exitoso con las mujeres, que desprecia los convencionalismo, que reniega de los prejuicios, que se destruye a sí mismo para sólo dejar vivir su obra.
Modigliani nació en Livorno, el 2 de julio de1884 en un hogar acomodado y burgués, y morirá en Perís, en el Hospital de la Caridad. "Estos son los dos extremos que constan en el registro; en medio, su existencia entretejida de sueños, de ideales, de estudio, de privaciones, de miseria; la existencia de un hombre... de un auténtico poeta de la pintura".
El descubrimiento de la pintura le llegó con 15 años, luego de permanecer en cama durante mucho tiempo. Al restablecerse obtuvo permiso de su madre para estudiar pintura con Guillermo Michell, pintor impresionista. Viajó a Roma y Florencia centros de gran interés para su formación, especialmente influyeron los artistas del siglo XIV: Duccio y Simone Mertini. En 1902 se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Florencia, apenas asisitío a clases pero si era asiduo visitante de los museos.
En 1906 se trasladará a París y es aquí, en Montmartré donde conoce a los jóvenes Picasso, Braque, Matisse, Vlaminck; participó en sus polémicas y en los hallazgos pictóricos. Aprendió de todos pero sin encuadrarse en ninguna corriente.
Quienes lo conocieron aseguran que pocas veces se le veía inactivo, pintaba continuamente, con pocos trazos rápidos, ligeros, esenciales, sabía crear las cualidades más auténticas e íntimas de los personajes. De hecho, sólo le interesaba pintar personas, no los objetos ni paisajes ("El paisaje no existe" aseguraba, provocando acaloradas discusiones). Tenía una forma peculiar de expresarse en los retratos: predilección por las líneas onduladas, sinuosas, le inducían a deformar, alargando los rostros, a pintar los cuellos finos y delicados, a esterilizar al máximo todas sus composiciones. Este estilo provenía del recuerdo de los antiguos maestros góticos, pero también del encuentro con la escultura negra.
Su estilo refinado e intelectual y sus "deformaciones" irritaban a los "marchands" y a los clientes ricos, nunca tuvo suerte con los compradores, aunque ofrecía sus cuadros por centavos o un poco de ajenjo. Murió de tuberculosis a los 36 años de edad.

Texto elaborado por la docente Claudia Solís  Umpierrez tomando como referencia datos extraídos de "Por amor al Arte" AA.VV. Ed. Atlántida S.A. Bs. As., 1999. Presentación visual elaborada por Juan Diego Caballero.
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