La pintura que se desarrolla entre 1750 y 1880 enlaza el arte barroco con el contemporáneo. Las tres grandes corrientes de este período son el neoclasicismo, el romanticismo y el realismo; en ella la pintura forma parte del movimiento cultural.
En España, la figura de Goya se destaca sobre las demás ya que en sus obras recoge las distintas corrientes artísticas del paso del siglo XVIII al XIX y con su lenguaje pictórico tan personal avanza a nuevas vías de expresión.
El papel de arte y del artista ante la realidad, su deseo de modificarla, de evadirse de ella o de reflejarla como es, son asuntos centrales en esta etapa. Los distintos movimientos exploran el lenguaje formal, en un proceso donde cada corriente no tiene propuesta cerrada y los estilos pictóricos se entrecruzan, dando lugar a multitud de fórmulas.
Contexto Social
El período estudiado abarca desde mediado del siglo XVIII hasta el último tercio del siglo XIX, en este tiempo la sociedad se transforma radicalmente, pasando de la sociedad agraria y estamental a una sociedad urbana, burguesa e industrial, en la que el liberalismo y el nacionalismo son las ideologías dominantes. Es, también, un período de convulsión y de propuestas revolucionarias y sus anhelos de transformar el orden establecido tendrá un importancias creciente.
El mercado del arte
En el siglo XVIII surgen las academias, que controlan la formación de los artistas y organizan los salones, exposiciones públicas en las que se fijan los criterios artísticos oficiales y se mantiene la jerarquía de los géneros pictóricos. Los salones y los museos, creados por la Ilustración, acercan el arte al público y favorecen el desarrollo de la crítica. Se desarrolla así el mercado del arte, en el que el artista es independiente, su obra es valorada por la crítica y comprada por un público en su mayoría burgués. También serán clientes el Estado y las instituciones gubernamentales.
Ejemplos a tener en cuenta:
Neoclasicismo
La teoría neoclasicista, en su búsqueda por un arte universal y eterno, valora el dibujo como elemento esencial. Propone composiciones claras, cerradas y reposadas, contención en la expresión, y una finalidad educativa y moralizante. En la práctica este programa sólo se llevó a cabo en algunas ocasiones.
El carácter moralizante del neoclasicismo se refleja en los temas seleccionados: héroes de la antigüedad que representan valores como el patriotismo, la abnegación o dignidad.
El lenguaje formal es sobrio, con predominio de la línea sobre el color y desconfianza hacia las texturas y los efectos de la luz. Se busca la claridad, y concentrar la atención en lo esencial, eliminando grandes decoraciones. El objetivo es conmover al espectador y despertar en él virtudes morales.
Jacques-Louis David
David es una de las figuras claves de este período, encarna la figura del artista comprometido políticamente, participó activamente en la Revolución Francesa y concibió el arte como un elemento transformador de la realidad y de trasmitir valores. Una de sus obras claves fue "Marat asesinado o la muerte de Marat" (1793)
Análisis de la obra
Ver artículo "Sobre la muerte de Marat"
La Pintura Romántica
El romanticismo no es un estilo pictórico, sino un movimiento cultural. Se inicia en el siglo XVIII y alcanza su plenitud en la primera década del siglo XIX.
La sensibilidad romántica subraya lo individual y subjetivo, valora la emoción, los sentimientos y la capacidad expresiva y rechaza el sometimiento a las normas. Los románticos creen en la idea del artista como un genio solitario, incomprendido y creador de obras que solo algunos pueden entender. Abundan temas como la locura, la muerte, los sueños, etc.
Frente a la propuesta universal del neoclasicismo, los románticos prefieren lo distinto y pintoresco.
Durante el romanticismo aumenta el interés por la naturaleza y eso se refleja en la pintura de paisajes, un genero considerado secundario por el academicismo. Los artistas románticos hallan en los fenómenos naturales (tormentas, aludes en enormes montañas...) la expresión y el reflejo de sus propios sentimientos. En algunos paisajes aparecen ruinas medievales, símbolo de la nostalgia por el pasado. Hay también paisajes tranquilos de naturaleza armónica. Para muchos pintores se valora el mundo rural, en oposición a la sociedad industrial. En Inglaterra y Alemania se desarrollan las dos principales escuelas del paisajismo romántico.
Caspar David Friedrich
Es el más valorado de los paisajistas alemanes. Sostenía que "un pintor no debe sólo pintar lo que ve ante sí, sino también lo que ve en el interior de sí mismo". En sus paisajes se reflejan su concepción simbólica y mística de la naturaleza, aunando una visión religiosa con lo sublime.
Este efecto se alcanza con contrastes entre el primer plano y el horizonte. En la siguiente obra "El caminante sobre el mar de nubes" (1818), la figura solitaria de perfil muy definidos, contrasta entre el abismo y la inmensidad del espacio, creando una imagen muy misteriosa típicas de sus obras.
La Pintura Realista
El nacimiento del Realismo será a mediados del siglo XIX, donde la situación en Francia (desde la proclamación de la República, en 1848, hasta el advenimiento de la Comuna de París) así como en buena parte de Europa es agitada: Marx y Engels desarrollan las ideas socialistas, las organizaciones proletarias tienen más fuerza y los enfrentamientos sociales son agudos. Muchos artistas adoptan una actitud crítica y de compromiso ético con la clase trabajadora y, rechazando el subjetivismo y el deseo de evasión del romanticismo, prestan atención a la realidad, con un evidente deseo de transformarla.
Se pretende una pintura que refleje la realidad de forma objetiva sin embellecerla. En este propósito influyó la aparición de la fotografía, que se hace público en 1839 tras años de investigaciones de Niepce y Daguerre y se populariza rápidamente. La fotografía proporcionó una nueva mirada sobre la realidad, colaboró a encontrar nuevos encuadres y a eliminar los gestos artificiales y las composiciones estudiadas.
Se pretende una pintura que refleje la realidad de forma objetiva sin embellecerla. En este propósito influyó la aparición de la fotografía, que se hace público en 1839 tras años de investigaciones de Niepce y Daguerre y se populariza rápidamente. La fotografía proporcionó una nueva mirada sobre la realidad, colaboró a encontrar nuevos encuadres y a eliminar los gestos artificiales y las composiciones estudiadas.
En este contexto nace el Realismo, que se caracteriza por el interés de reflejar la realidad, romper con el academicismo, lograr provocar y transformar la sociedad. Se pinta la realidad desprovista de lo heroico: la vida cotidiana en el campo y la ciudad, la intimidad de una familia, el paisaje, el mundo del trabajo, etc.
Honoré Daumier
Es un artista políticamente comprometido, que considera que el arte no es una representación sino un instrumento de lucha para transformar la realidad social. A lo largo de su vida usó diversos medios de expresión (litografía, acuarelas, éleos, dibujos, esculturas) y fue encarcelado en varias ocasiones por sus caricaturas, publicadas en periódicos y revistas satíricas. Sus obras recogen la vida cotidiana de la clases obreras y la pequeña burguesía parisina en trenes, calles o juzgados. "El vagón de la tercera clase" (1860-1864) forma parte de una serie de obras que reflejan una penetrante descripción, fruto de la observación directa de la realidad. Daumier trabajaba con líneas fluidas y formas rotundas y un gran dominio del claroscuro que proviene de su larga experiencia como litógrafo.
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