Realismo(s): tantos y tal vez ninguno

Tal vez encontremos pocos puntos en común en las siguientes obras, lo cierto, es que he seleccionado cada una de ellas porque pretenden mostrarnos una idea de la "realidad", o mejor dicho una manera de encarar el tema de la realidad que nos rodea. Cada una de ellas, a su manera, evoca la realidad y el "realismo", ya sea para mostrarla de forma contemplativa, para criticarla, deformarla, exagerarla o re-inventarla.


El Realismo surge propiamente como "movimiento artístico a mediados del siglo XIX", por Gustave Courbet (1819-1877), al inaugurar una exposición individual de sus obras en una barraca de París (1855), a la que tituló:"Le Réalisme". Su realismo señalaría una revolución artística, pues se propuso que sus cuadros constituyeran una protesta contra los convencionalismos aceptados en su tiempo. Escribía en 1855: " Confío siempre ganarme la vida con mi arte sin tener que desviarme nunca de mis principios ni el grueso de un cabello, sin traicionar mi conciencia ni un solo instante, sin pintar siquiera lo que pueda abarcarse con una mano sólo por darle gusto a alguien o por vender con más facilidad". 
El realismo del siglo XIX, significó una ruptura con la tradición, que se caracterizó por la rebelión contra temas históricos, mitológicos y religiosos y la tendencia hacia escenas desmitificadas de la vida moderna: fue la primera vez que el “realismo” le dio nombre a un movimiento artístico; y por primera vez los obreros o campesinos entraron a los museos o a un salón de exposición, por ejemplo, “Los picapedreros” de Courbet, “Las espigadoras” de Millet. Se dará el rechazo de temas considerados tradicionalmente bellos o idealizados en favor de un enfoque, con especial atención, a las actividades de gente “común” o de actividades que no eran consideradas por la academia. 
El término es utilizado como el deseo de describir ciertas “cosas” (figurativo) con precisión y objetividad, pero en la elección del tema a representar se muestra como un juego donde la “mirada” del artista no es específicamente contemplativa ni simplemente descriptiva, hay una toma de decisión y una manifestación de opinión.

"Un enterrement à Ornans" de Gustave Courbet, 1849.
Óleo sobre tela de 315 × 668cm. Museo de Orsay, París, Francia.


"El Vagón de tercera clase" de Honoré Daumier, 1864.


"Los Primeros Fríos" de Miquel Blay, 1892, mármol, 138 x 100x 70 cm. 
Copia en el Jardín Botánico de Bs.As.


Este vuelco que tuvo el término realismo (donde ya no es la mera exposición naturalista de un tema determinado), influyó notablemente en el siglo XX, de ahí que se pueden identificar varios tipos de realismo. Expongo aquí alguno de ellos, pero a modo de síntesis, ya que podemos hallar tanta variedad como artistas plásticos encontremos:


Realismo social: se aplica a obras de pintura, literatura y otras obras de artes del siglo XX, que con un lenguaje realista abordan las condiciones sociales, políticas o económicas contemporáneas, en general desde un punto de vista de izquierda, con una carga social o política bien clara, con ideas de protesta o propaganda política; si bien se los considera herederos de la corriente “realista” de 1850, no están afiliado a ningún estilo en particular; incluimos tanto las caricaturas de Ben Shahn sobre la hipocresía social y la injusticia en Estados Unidos, como los melancólicos trabajos de la Escuela de Fregadero de Cocina (1940-1950) en Gran Bretaña con escenas de la clase trabajadora, se destacan los artistas Derrick Graves y Jack Smith.

"Reasentamiento" de Ben Shahn, 1936.

Realismo socialista (década del ’30): hace referencia al arte aprobado por la Unión Soviética y otros países comunistas; en teoría contiene un reflejo sincero y objetivo de la vida real para educar e inspirar a las masas, a la clase trabajadora. En la práctica se trata de glorificar y mantener una actitud acrítica del Estado y/o del Partido Comunista. Aunque nunca se definieron líneas claras estilísticas, se movió alrededor de imágenes estereotipadas. Se destacan en la pintura artistas como Gerasimov, Plastov y sus típicos retratos a Lenin y Stalin, así como las esculturas de Sergei Merkurov sobre la heroica lucha de los camaradas rusos contra el nazismo.

"Fiesta en la granja colectiva" de Arkadi Plastov, 1938, Museo de San Petersburgo.

“Nueva Objetividad” (Neue Sachlichkeit): movimiento que se da en Alemania entre las décadas del ’20 y ’30 que refleja la resignación y el escepticismo del período de posguerra. Los artistas se manifiestan de forma muy trágica, denunciando la realidad, y especialmente las consecuencias de la “gran guerra”. El movimiento no se caracteriza por una uniformidad de estilo o por la afiliación a un grupo, sino que se trataba de una tendencia que utilizaba el detalle y la sátira violenta. Éste grupo sufrió una gran persecución del fascismo y nazismo por estar incluidos como “arte degenerado”. Las máximas figuras de este movimiento fueron Dix y Grosz.

"Hitler en el infierno" de George Grosz, 1944. Oleo sobre tela.

Nuevo Realismo: este término es utilizado de manera imprecisa en la historia del arte; generalmente, cuando se habla de nuevo realismo, se hace referencia a las obras que incorporan objetos tridimensionales, en su mayoría productos de consumo o manufacturados, unidos a la pintura o ensamblados, característicos en la década del ’60, obras hechas de materiales u objetos que se presentan exactamente por lo que son y por lo que se saben que son.


Realismo mágico - Hiperrealismo - Realismo Fotográfico: los críticos utilizan estas denominaciones para definir cierto tipo de pintura en la que los objetos están representados con naturalismo fotográfico, un realismo extremo por lo que se refiere a los detalles, pero que, a causa de ciertos elementos paradójicos o yuxtaposición extrañas, transmiten un sentido de irrealidad, infundiendo un cierto aire de misterio. Varios artistas y corrientes pueden ser encasillados dentro de este estilo, incluidas las obras de Magritte, destacadas por sus detalles minuciosos pero rodeados de una atmósfera que muchos consideran onírica-mágica, hasta el hiperrealismo como estilo de pintura y escultura que se popularizó en Estados Unidos y Gran Bretaña a fines de los ’60 y ’70. Se caracteriza por la minuciosidad de los detalles e impersonal actitud con que los temas son tratados. Muchos le llaman realismo fotográfico ya que muchos artistas utilizan la fotografía como soporte creativo. Los artista hiperrealistas pretenden alejarse del tipo de humor del pop art, buscando una tendencia más fría e impersonal, sin embargo algunos críticos aseguran que las obras logran una extraña intensidad, el efecto de una atención indiscriminada al detalle, paradójicamente, lleva a crear un fuerte sentimiento de irrealidad. Se destaca en ésta corriente al artista Chuck Close.
 
Esculturas de Mueck


 
René Magritte "El espejo"


Realismo fantástico: se desarrolla en Viena a finales de los años ’40. Sus representantes tienen predilección por la creación de mundos mágicos cargados de elementos fantásticos e imaginación, que describen con minuciosidad. Compartían el mismo interés por el pasado, en especial las obras de Pieter Brueghel, y generalmente, los cuadros tenían un marcado carácter literario y anecdótico, abordando temas mitológicos o religiosos. Su figura más representativa es Ernst Fuchs.
"El espíritu de Mercurio", de Ernst Fuchs, 1954.
Dibujo pincel a tinta, 47 x 62 cm.

Cuando el arte es realista según Quino:

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